Mientras iba caminado por la ladera de la montaña, el sol le daba en la cara. El aire era frío pero muy limpio. Era un aire denso que sabia bien. Mientras escuchaba ese silencio de la naturaleza, le venían a la mente otros silencios igual de bellos. Aquel que escuchaba en la bañera, cuando llena de burbujas estas le decían crujiendo lo bien que se encontraba. O el silencio de la casa vacía una mañana de sábado. O el silencio de la ciudad en la madrugada. Pero este de hoy era uno de los mas reconfortantes. El sonido de la naturaleza uniendo almas y experiencias.
El perro se acerco a traerle el palo que le acababa de tirar. Su sonido jadeante estaba lleno de emoción y de ganas de pasarlo bien. Nada más escucharlo podrías entrever la sonrisa en su boca de perro. Estas no se ven, se oyen....son tan nitidas o mas que las sonrisas que se ven. Allá que le volvió a lanzar el palo y volvió a salir corriendo.¡ La felicidad a veces es tan fácil de conseguir!
Mientras iba bajando por un camino vió a mas gente. "Luc" llamó a su perro. No era un perro peligroso pero no queria que molestara a los demás montañeros. "Buenos días" "Buenos días". La gente en la montaña se olvida de los formalismos de la ciudad y se vuelven personas. Se hablan al verse e incluso entablan conversaciones sin más sentido que el hablar y sentirse agusto. "Que perro más bonito. ¿Es un golden retriever?" "Si. Se llama Luc. Es muy bueno" "Ya se le ve" y mientras decía esto empezó a acariciarlo y a jugar.
Después de varias conversaciones más sobre sus lugares de procedencia y gustos caninos decidió seguir su camino hacia abajo de la ladera. Pasaron por un rio donde Luc se mojo las patas y cruzaron una casa abandonada, ahora reutilizada por pastores para sus labores. Mientras el sol iba bajando al mismo tiempo que ellos, la felicidad de la montaña se iba quedando en sus corazones. Ninguno de los problemas que le acompañaban esta mañana parecían tener importancia ahora mismo.
La naturaleza tiene el poder de relativizar los problemas mundanos del ser humano. Siempre he pesando que las madres son las primeras en saber si tienes un problema y son las primeras en darte la mejor solución necesaria para cada momento. Muchas veces nos olvidamos de esa madre suprema que es nuestra madre Naturaleza. Ella nos llama desde la distancia cuando nuestra vida nos pesa y mientras nos acaricia el pelo con su brisa nos relaja el pecho con su aire limpio. Nos susurra al oído que ningún problema es realmente un problema si no la manera que tenemos de ver la vida y que si lo giramos todo como un a un reloj de arena, nos damos cuenta que todavía hay mas arena para poder seguir hacia adelante.
Mi historias tienen banda sonora, asi que recuerda: antes de empezar a leer, da al play del video.
lunes, 11 de noviembre de 2013
lunes, 28 de octubre de 2013
Cruda realidad
Mientras se hacia un café observaba mentalmente como iba a ordenar los cajones del armario. Finalmente tenia un poco de tiempo para hacer cosas para ella y lo iba a aprovechar. Entrando en la habitación escuchó el móvil. Cuando lo miró vio que era de su ex. No sabia que hacer, pero estaba de tan buen humor y había vuelto de tan buen rollo del viaje que se sentía con ganas de dar oportunidades, sobre todo a los fantasmas del pasado.
"¿Como va pija?". Ella al oírlo no pudo evitar el sonreír. Nadie más la había llamado así. "Juan, cuanto tiempo. ¿Como va?". Él sonrió también. "Pues no se....casi dos años. Oye, te llamaba por si me podías dar el numero de Fede. Lo perdí y necesito hablar con él". "Claro. Lo tengo que tener por la agenda. Si eso lo miro y te mando un wasap. ¿Como te ha ido todo este tiempo?". Él tardo dos segundos en contestar "Bueno, he estado un poco malito. Me detectaron un cancer hace 1 año, pero no te asustes. Ya estoy mejor. Me ha crecido el pelo y todo". Ella sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. "Lo siento". Por dentro pensaba que tenia que decir algo más pero no podía. Se había quedado en blanco. "No te preocupes. De verdad, ya estoy mejor. ¿y como te va a ti?". Ella se sentía culpable de su felicidad. No sabia si decírselo. "Pues yo bien. ¿Te acuerdas del proyecto que siempre quise hacer? ¿El de montarme una empresa en Inglaterra? Pues ya lo he hecho. De hecho vengo de allí y estoy muy contenta de como va todo. Si quieres, ya te paso un link con la pagina web para que lo veas"
Él parecía muy contento con la noticia. "Si que me alegro. Siempre supe que eras una pija. Te vas a forrar" Ella sonrió y le dijo "Si quieres te puedes venir al próximo viaje" "Gracias pero de momento estoy muy débil todavía. Voy con silla de ruedas. Pero no te preocupes. En cuanto este mejor te llamo y nos vamos" "Si, por supuesto. Cuenta con ello. De todas maneras te voy llamando para ver como estas. Un beso y cuidate"
Cuando colgó, ella se quedo en silencio. Se sentó en la cama sin dar crédito a lo que había escuchado. Como cambian las cosas de un día para otro. Habían salido durante 3 años y desde hacia 2 que no sabia nada de él, pero su relación fue lo suficientemente buena para que los recuerdos buenos sobresalieran de los malos. Aquella noticia fue un jarro de agua fría. Le daba rabia el haber perdido el contacto de esa manera. A partir de ahora le llamaría cada mes para ver como se encontraba. Pero no fue así. Paso un mes y después otro y así 4 después de la llamada.
Entrando en el portal de casa recibió un mensaje. Era Fede, el amigo común de ella y Juan. En el mensaje ponía que Juan estaba muy grave en el hospital y le habían dado 1 semana de vida. Necesitó salir del portal por que le faltaba el aire. No podía ser.¡Si le dijo que estaba mejor! ¿Como podía haber sido? No contesto de vuelta. No sabia que decir. Se quedo paralizada. Dejo pasar los dias pensando en él y en todo lo que habían vivido. Sus recuerdos juntos se hacían tan reales que parecía que habían pasado ayer. A veces tenia la intención de coger el teléfono y hablar con él pero luego no lo hacia. No sabia que decir en un caso así.
Dos días después Fede le volvió a mandar un mensaje. "Juan murió ayer. El entierro sera hoy a las 4.30". Cogió el teléfono y lo llamó. "Hola Fede. No me puedo creer lo que está pasando. Que pena" Fede tenia un tono muy triste "Si. No me digas nada" Ella empezó a llorar por primera vez desde el mensaje de hacia días "Ha sido todo tan de repente, ahora que se encontraba mejor". "Bueno...mejor, mejor no se encontraba. Ya le habían dicho que se iba a morir hace 1 año. Poco a poco nos fue llamando a todos para despedirse". Ella se quedo parada "¿Cuando te llamo a ti?" y Fede le contesto que le había llamado para comentárselo hacia 1 año. Ella le comento que Juan le llamo para pedirle su teléfono hacia 4 meses y le dijo que estaba mejor. "Sonia, Juan tenia mi teléfono. Te llamo con esa excusa para poder hablar contigo. Te dijo que estaba mejor para que no te preocuparas. Él nunca dejo de quererte.....¿Sonia?" Ella no pudo seguir hablando.
"¿Como va pija?". Ella al oírlo no pudo evitar el sonreír. Nadie más la había llamado así. "Juan, cuanto tiempo. ¿Como va?". Él sonrió también. "Pues no se....casi dos años. Oye, te llamaba por si me podías dar el numero de Fede. Lo perdí y necesito hablar con él". "Claro. Lo tengo que tener por la agenda. Si eso lo miro y te mando un wasap. ¿Como te ha ido todo este tiempo?". Él tardo dos segundos en contestar "Bueno, he estado un poco malito. Me detectaron un cancer hace 1 año, pero no te asustes. Ya estoy mejor. Me ha crecido el pelo y todo". Ella sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. "Lo siento". Por dentro pensaba que tenia que decir algo más pero no podía. Se había quedado en blanco. "No te preocupes. De verdad, ya estoy mejor. ¿y como te va a ti?". Ella se sentía culpable de su felicidad. No sabia si decírselo. "Pues yo bien. ¿Te acuerdas del proyecto que siempre quise hacer? ¿El de montarme una empresa en Inglaterra? Pues ya lo he hecho. De hecho vengo de allí y estoy muy contenta de como va todo. Si quieres, ya te paso un link con la pagina web para que lo veas"
Él parecía muy contento con la noticia. "Si que me alegro. Siempre supe que eras una pija. Te vas a forrar" Ella sonrió y le dijo "Si quieres te puedes venir al próximo viaje" "Gracias pero de momento estoy muy débil todavía. Voy con silla de ruedas. Pero no te preocupes. En cuanto este mejor te llamo y nos vamos" "Si, por supuesto. Cuenta con ello. De todas maneras te voy llamando para ver como estas. Un beso y cuidate"
Cuando colgó, ella se quedo en silencio. Se sentó en la cama sin dar crédito a lo que había escuchado. Como cambian las cosas de un día para otro. Habían salido durante 3 años y desde hacia 2 que no sabia nada de él, pero su relación fue lo suficientemente buena para que los recuerdos buenos sobresalieran de los malos. Aquella noticia fue un jarro de agua fría. Le daba rabia el haber perdido el contacto de esa manera. A partir de ahora le llamaría cada mes para ver como se encontraba. Pero no fue así. Paso un mes y después otro y así 4 después de la llamada.
Entrando en el portal de casa recibió un mensaje. Era Fede, el amigo común de ella y Juan. En el mensaje ponía que Juan estaba muy grave en el hospital y le habían dado 1 semana de vida. Necesitó salir del portal por que le faltaba el aire. No podía ser.¡Si le dijo que estaba mejor! ¿Como podía haber sido? No contesto de vuelta. No sabia que decir. Se quedo paralizada. Dejo pasar los dias pensando en él y en todo lo que habían vivido. Sus recuerdos juntos se hacían tan reales que parecía que habían pasado ayer. A veces tenia la intención de coger el teléfono y hablar con él pero luego no lo hacia. No sabia que decir en un caso así.
Dos días después Fede le volvió a mandar un mensaje. "Juan murió ayer. El entierro sera hoy a las 4.30". Cogió el teléfono y lo llamó. "Hola Fede. No me puedo creer lo que está pasando. Que pena" Fede tenia un tono muy triste "Si. No me digas nada" Ella empezó a llorar por primera vez desde el mensaje de hacia días "Ha sido todo tan de repente, ahora que se encontraba mejor". "Bueno...mejor, mejor no se encontraba. Ya le habían dicho que se iba a morir hace 1 año. Poco a poco nos fue llamando a todos para despedirse". Ella se quedo parada "¿Cuando te llamo a ti?" y Fede le contesto que le había llamado para comentárselo hacia 1 año. Ella le comento que Juan le llamo para pedirle su teléfono hacia 4 meses y le dijo que estaba mejor. "Sonia, Juan tenia mi teléfono. Te llamo con esa excusa para poder hablar contigo. Te dijo que estaba mejor para que no te preocuparas. Él nunca dejo de quererte.....¿Sonia?" Ella no pudo seguir hablando.
viernes, 16 de agosto de 2013
Algo especial (primera parte)
Abrió los ojos y miró a la habitación con ojos nuevos. Se incorporó y cogió su libreta. Siempre que se levantaba escribía lo que había soñado. Su mundo onírico le daba pistas de donde se tenia que dirigir. Describía sus sueños con pulcritud. A toda la gente que conocía le costaba recordar lo que soñaban. No a él. Siempre le había parecido muy fácil recordar lo que había soñado. Lo hacia desde que era pequeño. Siempre le había fascinado su mundo irreal, el cual a veces lo confundía con el real.
Mientras se acercaba al lienzo, cerraba los ojos tratando de recordar los colores y los sentimientos que le producían los recuerdos de las imagenes soñadas. Si se concentraba mucho, a veces podía incluso olerlos. Ya lo tenia. Como una imagen fotográfica en su cerebro, se preparaba a plasmarlo en el blanco canvas. Las pinceladas iban solas, a veces sorprendiéndole, como si trataran de dirigirlo.
Había sido hijo único y el amor pasional de su madre no había ayudado a que su ego dejara de crecer. Era una persona sabida de ser tocada con la varita de la genialidad y no se comparaba con los demás mortales. Era un ejercicio fútil, una perdida de tiempo. Él se sabia más que nadie que había conocido y retaba a cualquiera que se le acercara, sabiendo que malgastaba su saliva. A veces se cansaba de tener que explicar su carácter introvertido y "especial". Todos lo consideraban normal debido a su genialidad. A él le aburría al máximo. Le hubiera gustado encontrar a alguien como él, que por una vez entendiera lo que es ser genio. Sin copiar, sin alabarle, sin llorar.
Una vez terminado el cuadro decidió salir a la calle. Hacia un poco de aire, así que pensó en coger un sombrero. Cogió uno que tenia de su abuela. Le gustaba ponérselo pues por un momento era ella. Siempre le gusto el porte digno de su abuela. Claro esta que seguramente, ella nunca hubiera llevado el sombrero con el pijama y unas Dr. Martins desenlazadas. Pero a él le daba igual. Nadie de los que había en la calle le parecía tan importante como para merecer llevar otro atuendo. Mientras caminaba por los callejones la gente se giraba a verlo. No sabían si era una mujer o un hombre debido a su pelo largo y sus rasgos femeninos. A él eso le encantaba.
Se paró en un escaparate. Era un escaparate caótico, con muchas cosas antiguas, sin ningún orden, distribuidas en una tienda que parecía la casa de un bohemio ecleptico. Mientras miraba una cámara de fotos antigua sus ojos se posaron en una de las clientas de dentro de la tienda. Ella era pequeña, con el pelo de color negro y unos ojos tremendamente grandes. Sus ojos se encontraron y de repente sintió como si el corazón le diera un vuelco. Se quedó hipnotizado por la imagen de ella. Una voz dentro de él le gritaba que entrara en la tienda, que no le dejara escapar, pero su cuerpo estaba paralizado.
Al salir ella, se paró delante de él. "Hola. Me llamo Una. ¿y tu?". Él se quedo mirando la mano tendida de ella y al volverla a mirar a los ojos, el tiempo se paro. La voz de su cabeza le decía que reaccionase, pero él tenia más ganas de desmayarse que de hablar. Ella sonrió y se giró dispuesta a marcharse. "Me llamo Hugo. Espera, no te vayas. ¿Vives por aquí?" dijo, hablando de golpe y sin parar. Ella se giró y asintiendo con la cabeza le miro sonriente. Él le sonrió también sintiendo un calor instantáneo en su corazón. Le gustaba mucho todos los sentimientos que esta chica creaba en él. No quería que se fuera. Quería estar más rato con ella. No sabia que podía hacer para retenerla.
"¿Quieres tomarte algo conmigo? Yo todavía no he desayunado.". Ella, sin parar de mirarle volvió a asentir. "Cerca de aquí hay una cafetería muy especial donde hacen los mejores cafés del mundo" dijo, sorprendiéndose de que su boca siguiera hablando sin saber muy bien como. De repente iban caminando los dos juntos, sin hablar, pero le daba la sensación de que se conocían de hacia mucho tiempo. No era una desconocida y no le importaba estar en silencio mientras caminaran hacia el mismo sitio.
Una vez sentados ella le dijo " Eso que llevas es un pijama, ¿no?" y sonrió. Él se sonrojó al darse cuenta que las reglas sociales no admiten el pijama como ropa para llevar al exterior. "Si. Perdona. Pensaba salir a tomar un café solamente" y miró al suelo pensando que realmente lo que no había pensado era en encontrarse con ella.
Mientras se acercaba al lienzo, cerraba los ojos tratando de recordar los colores y los sentimientos que le producían los recuerdos de las imagenes soñadas. Si se concentraba mucho, a veces podía incluso olerlos. Ya lo tenia. Como una imagen fotográfica en su cerebro, se preparaba a plasmarlo en el blanco canvas. Las pinceladas iban solas, a veces sorprendiéndole, como si trataran de dirigirlo.
Había sido hijo único y el amor pasional de su madre no había ayudado a que su ego dejara de crecer. Era una persona sabida de ser tocada con la varita de la genialidad y no se comparaba con los demás mortales. Era un ejercicio fútil, una perdida de tiempo. Él se sabia más que nadie que había conocido y retaba a cualquiera que se le acercara, sabiendo que malgastaba su saliva. A veces se cansaba de tener que explicar su carácter introvertido y "especial". Todos lo consideraban normal debido a su genialidad. A él le aburría al máximo. Le hubiera gustado encontrar a alguien como él, que por una vez entendiera lo que es ser genio. Sin copiar, sin alabarle, sin llorar.
Una vez terminado el cuadro decidió salir a la calle. Hacia un poco de aire, así que pensó en coger un sombrero. Cogió uno que tenia de su abuela. Le gustaba ponérselo pues por un momento era ella. Siempre le gusto el porte digno de su abuela. Claro esta que seguramente, ella nunca hubiera llevado el sombrero con el pijama y unas Dr. Martins desenlazadas. Pero a él le daba igual. Nadie de los que había en la calle le parecía tan importante como para merecer llevar otro atuendo. Mientras caminaba por los callejones la gente se giraba a verlo. No sabían si era una mujer o un hombre debido a su pelo largo y sus rasgos femeninos. A él eso le encantaba.
Se paró en un escaparate. Era un escaparate caótico, con muchas cosas antiguas, sin ningún orden, distribuidas en una tienda que parecía la casa de un bohemio ecleptico. Mientras miraba una cámara de fotos antigua sus ojos se posaron en una de las clientas de dentro de la tienda. Ella era pequeña, con el pelo de color negro y unos ojos tremendamente grandes. Sus ojos se encontraron y de repente sintió como si el corazón le diera un vuelco. Se quedó hipnotizado por la imagen de ella. Una voz dentro de él le gritaba que entrara en la tienda, que no le dejara escapar, pero su cuerpo estaba paralizado.
Al salir ella, se paró delante de él. "Hola. Me llamo Una. ¿y tu?". Él se quedo mirando la mano tendida de ella y al volverla a mirar a los ojos, el tiempo se paro. La voz de su cabeza le decía que reaccionase, pero él tenia más ganas de desmayarse que de hablar. Ella sonrió y se giró dispuesta a marcharse. "Me llamo Hugo. Espera, no te vayas. ¿Vives por aquí?" dijo, hablando de golpe y sin parar. Ella se giró y asintiendo con la cabeza le miro sonriente. Él le sonrió también sintiendo un calor instantáneo en su corazón. Le gustaba mucho todos los sentimientos que esta chica creaba en él. No quería que se fuera. Quería estar más rato con ella. No sabia que podía hacer para retenerla.
"¿Quieres tomarte algo conmigo? Yo todavía no he desayunado.". Ella, sin parar de mirarle volvió a asentir. "Cerca de aquí hay una cafetería muy especial donde hacen los mejores cafés del mundo" dijo, sorprendiéndose de que su boca siguiera hablando sin saber muy bien como. De repente iban caminando los dos juntos, sin hablar, pero le daba la sensación de que se conocían de hacia mucho tiempo. No era una desconocida y no le importaba estar en silencio mientras caminaran hacia el mismo sitio.
Una vez sentados ella le dijo " Eso que llevas es un pijama, ¿no?" y sonrió. Él se sonrojó al darse cuenta que las reglas sociales no admiten el pijama como ropa para llevar al exterior. "Si. Perdona. Pensaba salir a tomar un café solamente" y miró al suelo pensando que realmente lo que no había pensado era en encontrarse con ella.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Solo una
Mientras se viste, lo mira a la cara. Le cuesta pensar que ha pasado la noche con él. Parecía que tenían tantas cosas en común, pero la realidad de la mañana le da otro punto de vista. Las cervezas de más han hecho su trabajo y han hecho lo negro, blanco. Ahora que se ve fuera en la calle, recuerda todo como si fuera en este mismo instante. Ve la puerta del Nite Club cerrada y como la gente camina con ritmo rápido y sin pararse a los detalles.
Eran las 11 de la noche. Ella se sentía con ganas de salir. Su jornada laboral había sido lo suficientemente dura para querer tomar una cerveza. Uno de esos días en los que necesitas una cerveza y no sabes como hacerlo para que alguien te acompañe. Odiaba beber sola, e ir a un pub sola no era opción. Ya fichando en la puerta vió a uno de los celadores que siempre le decía cosas entre turno y turno. "¿Te apetece una cerveza?" le soltó sin pensárselo a lo que él, inesperadamente le soltó un "Vale".
Una vez en el pub de la esquina del curro se pidieron unas jarras. A eso que le dijo al Dj "Oye, ¿tienes algo de los Smiths?" y el chaval, todo moderno, le dijo "Tengo algo mejor" y le puso "Crazy" de los Nothern Portrait.
Ella moviendo la cabeza a su compañero de curro mientras escuchaba la música, le pregunto "Oye, ¿y a ti? ¿Que música te gusta?" y él le dijo que le gustaba la misma música. Que le gustaba mucho Morrisey, Siouxsie and the Banshees, Pulp, Johnny Marr, Suede y New Order. Al oír estas palabras se quedo en blanco. Nunca pensó que el celador, al que daba coba por ser educada, le gustara la misma música que a ella.
De pronto empezó a sentir una fuerte atracción hacia él. No se si fue por la cerveza o por su olor a desodorante. Quizá por el olor a cigarro a medias en su boca o por su pelo pelirrojo. Todo ello junto, le hizo verlo de una manera distinta. Dicen que los pelirrojos desprenden un olor dulce y que solo la gente que ha estado con uno de ellos sabe lo que esto quiere decir. De repente, ella quería estar dentro de ese grupo.
Mientras cogía el autobús para volver a casa, recordaba cada momento de la noche anterior. Como después de los besos en el pub decidieron irse a casa de él a por la última. Como de camino a su casa se paraban en cada esquina para comerse a besos y como al abrir la puerta le faltaba manos pues las 4 estaban ocupadas. Como para llegar a la habitación rodaron por todas las paredes a oscuras y como al llegar a la habitación prefirieron quedarse en el sillón de al lado de la cama.
Mientras él le cantaba al oído " I don´t mind if you forget me", ella le besaba el cuello lentamente.
"I don't mind if you forget me
having learned my lesson
I never left an impression on anyone
so now you send me your hardened 'regards'
when once you'd send me 'love'
sincerely I must tell you
your mild 'best wishes'
they make me suspicious
but I don't mind
I don't mind if you forget me
having learned my lesson"
Eran las 11 de la noche. Ella se sentía con ganas de salir. Su jornada laboral había sido lo suficientemente dura para querer tomar una cerveza. Uno de esos días en los que necesitas una cerveza y no sabes como hacerlo para que alguien te acompañe. Odiaba beber sola, e ir a un pub sola no era opción. Ya fichando en la puerta vió a uno de los celadores que siempre le decía cosas entre turno y turno. "¿Te apetece una cerveza?" le soltó sin pensárselo a lo que él, inesperadamente le soltó un "Vale".
Una vez en el pub de la esquina del curro se pidieron unas jarras. A eso que le dijo al Dj "Oye, ¿tienes algo de los Smiths?" y el chaval, todo moderno, le dijo "Tengo algo mejor" y le puso "Crazy" de los Nothern Portrait.
Ella moviendo la cabeza a su compañero de curro mientras escuchaba la música, le pregunto "Oye, ¿y a ti? ¿Que música te gusta?" y él le dijo que le gustaba la misma música. Que le gustaba mucho Morrisey, Siouxsie and the Banshees, Pulp, Johnny Marr, Suede y New Order. Al oír estas palabras se quedo en blanco. Nunca pensó que el celador, al que daba coba por ser educada, le gustara la misma música que a ella.
De pronto empezó a sentir una fuerte atracción hacia él. No se si fue por la cerveza o por su olor a desodorante. Quizá por el olor a cigarro a medias en su boca o por su pelo pelirrojo. Todo ello junto, le hizo verlo de una manera distinta. Dicen que los pelirrojos desprenden un olor dulce y que solo la gente que ha estado con uno de ellos sabe lo que esto quiere decir. De repente, ella quería estar dentro de ese grupo.
Mientras cogía el autobús para volver a casa, recordaba cada momento de la noche anterior. Como después de los besos en el pub decidieron irse a casa de él a por la última. Como de camino a su casa se paraban en cada esquina para comerse a besos y como al abrir la puerta le faltaba manos pues las 4 estaban ocupadas. Como para llegar a la habitación rodaron por todas las paredes a oscuras y como al llegar a la habitación prefirieron quedarse en el sillón de al lado de la cama.
Mientras él le cantaba al oído " I don´t mind if you forget me", ella le besaba el cuello lentamente.
"I don't mind if you forget me
having learned my lesson
I never left an impression on anyone
so now you send me your hardened 'regards'
when once you'd send me 'love'
sincerely I must tell you
your mild 'best wishes'
they make me suspicious
but I don't mind
I don't mind if you forget me
having learned my lesson"
sábado, 22 de junio de 2013
Recuerdos
La tarde parecía lluviosa. Era el tiempo ideal para su permanente estado de animo. Se fue hacia el comedor y se dispuso a sacar un disco del mueble. Aunque la gente le decía que era un antiguo, sentía placer sintiéndose de una clase distinta a los demás. Digamos, pertenecer a una pequeña elite que todavía gusta de comprar vinilos y escuchar reliquias en un buen tocadisco. Saco unos cuantos y se sentó en el sofá, investigando cual de ellos iba a ser el afortunado que iba a salir de la funda.
De repente un álbum le llamo la atención. El disco era de la banda Kraftwerk "the Man-Machine". Se acordó de la canción "The model" y de sus años de Erasmus en Alemania. De como se compro el disco muchos años mas tarde y de como presumió de tenerlo en alemán (Die Mensch-Maschine) cuando volvió a Madrid. También recordó como lo dejo a una ex que se las daba de saber mucha música y que nunca se lo devolvió. Odiaba cuando eso pasaba. Las mujeres iban y venían pero no los discos con solera.
Bueno, lo de las mujeres que iban y venían tampoco era tan cierto. Si que hubo una temporada que había sido muy ligón, pero ahora ligaba más por internet que otra cosa. Menos mal que la música siempre le traía recuerdos de mejores tiempos. Saco el disco de la funda muy despacio. Para él, aquello era un ritual mágico, tal como desnudar a una mujer....había que saborear cada momento. Miro en que cara estaba la canción de "The Model" y la puso con mucho cuidado en el plato. Contó los cortes del disco hasta dar con la canción, bajo el brazo del tocadiscos y se empezaron a oír los primeros acordes de los sintetizadores.
Con la funda en la mano, se volvió a sentar, recordando la peculiar historia de este disco. Debido a la ex que le "robo" el vinilo alemán, un día celebrando una reunión con los erasmus madrileños que fueron a Alemania con él, se le ocurrió volver a comprarse uno. Tuvo que recorrer algunas tiendas para encontrarlo pues no quería cd, si no otro vinilo y a poder ser en alemán, hasta que llego a una tienda recóndita en un callejón donde parecían tener bastante discos de coleccionista. Normalmente estas tiendas suelen estar llenas de freaks a los que les gusta mucho la música y que tienden a presumir de conocimientos musicales delante de un pedante dependiente que sabe tanto o más y no duda en hacerlo saber. Cual fue su sorpresa de ver a una mujer de unos 30, bastante mona y con una sonrisa en la cara.
"¿Tienes el álbum de Kraftwerk de "Die Mensch-Maschine?" le pregunto nuestro protagonista, con un perfecto acento alemán (y sorprendiéndose de lo bien que le había salido). La chica le miro con los ojos bien abiertos y le dijo "Perdona, en alemán no lo tengo. Pero lo tengo en inglés si quieres. Me encanta Kraftwerk". Él se le quedo mirando, sin creer lo que estaba oyendo. Por fin, su amor a la música, al vinilo y al alemán habían sido recompensados. Ella se acerco a una pila de discos que había en el suelo y después de unos minutos se acerco a él con el disco y una gran sonrisa. "¿Algo más?. Tenemos también cosas de Ultravox o OMD si te gusta este tipo de música" Él la miro atontado y no sabia como reaccionar. "Esta noche hacemos una fiesta alemana con unos amigos en un piso por el centro. Si te apetece" "Suena muy bien" dijo ella. "Dame tu teléfono y cuando salga de la tienda te llamo"
Él le dio su numero y se fue a casa a ducharse y a esperar la llamada. Aun recuerda la excitación de pensar en presentarse a la fiesta con semejante pibón y con el disco. Sus amigos iban a flipar.
Después de varias horas y descolgar el teléfono varias veces para ver si funcionaba, decidió marcharse y no llegar tarde. Ya en la fiesta solo hacia que pensar que habría pasado y cada vez que miraba el disco pensaba en ella. Al día siguiente se fue a la tienda para ver que había pasado. Allí estaba ella. Esta vez no estaba muy contenta. "Hola. ¿Como fue la fiesta?". Él la miro boquiabierto. "Muy bien. Tenias que haber venido. Fue muy divertida" "Hubiera ido, pero no cogías el teléfono" "¿Como? Estuve en casa hasta las 10.30 y no llamó nadie" "Te estuve llamando al numero que me diste". Ella le dió el papel donde él apunto su numero y se dio cuenta que se había equivocado en un numero. Le dio tanta vergüenza que no quiso admitirlo y le dijo que lo sentia, pero que no habia podido pasar por casa. Ella se giro haciendo como que ordenaba la estantería y él salió de la tienda.
De repente un álbum le llamo la atención. El disco era de la banda Kraftwerk "the Man-Machine". Se acordó de la canción "The model" y de sus años de Erasmus en Alemania. De como se compro el disco muchos años mas tarde y de como presumió de tenerlo en alemán (Die Mensch-Maschine) cuando volvió a Madrid. También recordó como lo dejo a una ex que se las daba de saber mucha música y que nunca se lo devolvió. Odiaba cuando eso pasaba. Las mujeres iban y venían pero no los discos con solera.
Bueno, lo de las mujeres que iban y venían tampoco era tan cierto. Si que hubo una temporada que había sido muy ligón, pero ahora ligaba más por internet que otra cosa. Menos mal que la música siempre le traía recuerdos de mejores tiempos. Saco el disco de la funda muy despacio. Para él, aquello era un ritual mágico, tal como desnudar a una mujer....había que saborear cada momento. Miro en que cara estaba la canción de "The Model" y la puso con mucho cuidado en el plato. Contó los cortes del disco hasta dar con la canción, bajo el brazo del tocadiscos y se empezaron a oír los primeros acordes de los sintetizadores.
Con la funda en la mano, se volvió a sentar, recordando la peculiar historia de este disco. Debido a la ex que le "robo" el vinilo alemán, un día celebrando una reunión con los erasmus madrileños que fueron a Alemania con él, se le ocurrió volver a comprarse uno. Tuvo que recorrer algunas tiendas para encontrarlo pues no quería cd, si no otro vinilo y a poder ser en alemán, hasta que llego a una tienda recóndita en un callejón donde parecían tener bastante discos de coleccionista. Normalmente estas tiendas suelen estar llenas de freaks a los que les gusta mucho la música y que tienden a presumir de conocimientos musicales delante de un pedante dependiente que sabe tanto o más y no duda en hacerlo saber. Cual fue su sorpresa de ver a una mujer de unos 30, bastante mona y con una sonrisa en la cara.
"¿Tienes el álbum de Kraftwerk de "Die Mensch-Maschine?" le pregunto nuestro protagonista, con un perfecto acento alemán (y sorprendiéndose de lo bien que le había salido). La chica le miro con los ojos bien abiertos y le dijo "Perdona, en alemán no lo tengo. Pero lo tengo en inglés si quieres. Me encanta Kraftwerk". Él se le quedo mirando, sin creer lo que estaba oyendo. Por fin, su amor a la música, al vinilo y al alemán habían sido recompensados. Ella se acerco a una pila de discos que había en el suelo y después de unos minutos se acerco a él con el disco y una gran sonrisa. "¿Algo más?. Tenemos también cosas de Ultravox o OMD si te gusta este tipo de música" Él la miro atontado y no sabia como reaccionar. "Esta noche hacemos una fiesta alemana con unos amigos en un piso por el centro. Si te apetece" "Suena muy bien" dijo ella. "Dame tu teléfono y cuando salga de la tienda te llamo"
Él le dio su numero y se fue a casa a ducharse y a esperar la llamada. Aun recuerda la excitación de pensar en presentarse a la fiesta con semejante pibón y con el disco. Sus amigos iban a flipar.
Después de varias horas y descolgar el teléfono varias veces para ver si funcionaba, decidió marcharse y no llegar tarde. Ya en la fiesta solo hacia que pensar que habría pasado y cada vez que miraba el disco pensaba en ella. Al día siguiente se fue a la tienda para ver que había pasado. Allí estaba ella. Esta vez no estaba muy contenta. "Hola. ¿Como fue la fiesta?". Él la miro boquiabierto. "Muy bien. Tenias que haber venido. Fue muy divertida" "Hubiera ido, pero no cogías el teléfono" "¿Como? Estuve en casa hasta las 10.30 y no llamó nadie" "Te estuve llamando al numero que me diste". Ella le dió el papel donde él apunto su numero y se dio cuenta que se había equivocado en un numero. Le dio tanta vergüenza que no quiso admitirlo y le dijo que lo sentia, pero que no habia podido pasar por casa. Ella se giro haciendo como que ordenaba la estantería y él salió de la tienda.
martes, 11 de junio de 2013
Verdad a medias
Al llegar a casa, sigilosamente, se metió en el cuarto de baño. Él la esperaba despierto en la cama, pero en cuanto ella entró en la habitación se hizo el dormido. Ella se metió en la cama rápidamente y después de ver que él estaba roncando, se giro hacia su lado de la cama y se quedo mirando fijamente hacia la ventana. Su corazón latía muy deprisa y ella intentaba acallarlo respirando lentamente.
Su vida había cambiado tanto desde hacia unos meses que no parecía la misma. Su vitalidad, su belleza, su seguridad.....todo había vuelto por arte de magia. Sabia que todos estos cambios jugaban en su contra. Era demasiado obvio que toda esta felicidad salia de algún sitio, pero a ella ya le daba igual. Ella era feliz.
Habían quedado en la cafetería donde solían quedar a tomar café. Estaba en una parte apartada de la ciudad. Allí nadie les conocía y podían dar rienda suelta a miradas complices, roces de manos y silencios sonrientes. La mano de él le dio un papel garabateado con unos dibujos. Ella al abrir el papel se sonrojo y tapándose la boca soltó una carcajada. Los dos rieron un rato y ella mirándose el reloj le dijo que pidiera la cuenta y asi iba al lavabo. Mientras se retocaba el pelo y se pintaba los labios, se atusaba la falda y la blusa para que todo estuviera en su lugar. Al salir una mano le cogió por sorpresa y le empujo al rincón. Se fundieron en un beso mientras él le manoseaba en estos breves minutos de clandestinidad.
Primero salió ella de la cafeteria. Luego él espero un rato, sorbiendo las últimas gotas del café. Miró su reloj. Cuando le vio entrar por la puerta le señalo para que se dirigiera hacia él.
"¿Me pones un café cuando puedas?. Hola Luis. ¿Como va?". Él se sentó en la silla que había dejado vacía ella. "¿Has traído el dinero?"pregunto Luis. "Si. ¿como va el asunto?" Luis se quedo en silencio. "No quiero seguir haciendo esto" "¿Que dices Luis? Ahora no podemos parar. Ya te dije que esto podía tener sus riesgos" "Estas loco. ¿Como puedes pagarme por estar con tu mujer?. No quiero ser participe de esto. Ella vale mucho. Me voy. Ni tu ni ella volveréis a saber de mi."
Él vio salir a Luis y se quedo en silencio. Allí se iba el final de su historia, de su maléfico plan. El plan que salió como una posible solución a su problema. El problema del hastio, de la pasividad de su mujer hacia él. Sabia que si le devolvía la ilusión, ella volvería a estar viva. La prefería así compartida, que muerta para él solo. Sabia que si él decía quien y cuando, en cierta forma estaba manejando la situación. Lo que no había pensado es que él se enamoraría de ella y que el plan se iría al traste.
Mientras volvía a casa, allí estaba su mujer, preparando la comida. Ella estaba tarareando una melodía mientras iba lavando los platos. Al verlo se giró y le dio un beso. "¿Quieres ver el vestido que me he comprado esta mañana?" Él asintió con la cabeza. Mientras ella se iba contenta a la habitación, él se quedo triste.
Su vida había cambiado tanto desde hacia unos meses que no parecía la misma. Su vitalidad, su belleza, su seguridad.....todo había vuelto por arte de magia. Sabia que todos estos cambios jugaban en su contra. Era demasiado obvio que toda esta felicidad salia de algún sitio, pero a ella ya le daba igual. Ella era feliz.
Habían quedado en la cafetería donde solían quedar a tomar café. Estaba en una parte apartada de la ciudad. Allí nadie les conocía y podían dar rienda suelta a miradas complices, roces de manos y silencios sonrientes. La mano de él le dio un papel garabateado con unos dibujos. Ella al abrir el papel se sonrojo y tapándose la boca soltó una carcajada. Los dos rieron un rato y ella mirándose el reloj le dijo que pidiera la cuenta y asi iba al lavabo. Mientras se retocaba el pelo y se pintaba los labios, se atusaba la falda y la blusa para que todo estuviera en su lugar. Al salir una mano le cogió por sorpresa y le empujo al rincón. Se fundieron en un beso mientras él le manoseaba en estos breves minutos de clandestinidad.
Primero salió ella de la cafeteria. Luego él espero un rato, sorbiendo las últimas gotas del café. Miró su reloj. Cuando le vio entrar por la puerta le señalo para que se dirigiera hacia él.
"¿Me pones un café cuando puedas?. Hola Luis. ¿Como va?". Él se sentó en la silla que había dejado vacía ella. "¿Has traído el dinero?"pregunto Luis. "Si. ¿como va el asunto?" Luis se quedo en silencio. "No quiero seguir haciendo esto" "¿Que dices Luis? Ahora no podemos parar. Ya te dije que esto podía tener sus riesgos" "Estas loco. ¿Como puedes pagarme por estar con tu mujer?. No quiero ser participe de esto. Ella vale mucho. Me voy. Ni tu ni ella volveréis a saber de mi."
Él vio salir a Luis y se quedo en silencio. Allí se iba el final de su historia, de su maléfico plan. El plan que salió como una posible solución a su problema. El problema del hastio, de la pasividad de su mujer hacia él. Sabia que si le devolvía la ilusión, ella volvería a estar viva. La prefería así compartida, que muerta para él solo. Sabia que si él decía quien y cuando, en cierta forma estaba manejando la situación. Lo que no había pensado es que él se enamoraría de ella y que el plan se iría al traste.
Mientras volvía a casa, allí estaba su mujer, preparando la comida. Ella estaba tarareando una melodía mientras iba lavando los platos. Al verlo se giró y le dio un beso. "¿Quieres ver el vestido que me he comprado esta mañana?" Él asintió con la cabeza. Mientras ella se iba contenta a la habitación, él se quedo triste.
jueves, 6 de junio de 2013
Una irrealidad real
Frágiles. Frágiles de pensamiento, de existencia, de vida. A un homo-erectus "por que yo puedo" se le ha mutado una nueva especie. El homo-fragilius "¿Y ahora que hago?". Una especie que parece que va en vías de extinción por culpa de su fragilidad y poca resistencia al medio. Y si parece que la anterior especie era mas depredadora y dejo exterminada a otras especies en desigualdad, esta especie frágil de naturaleza, no ve posible el superar los obstáculos de la madre naturaleza.
Se están intentando poner varias soluciones a este problema. Científicos con batas blancas, están desde hace meses metidos en sus laboratorios, intentando buscar una solución. Tienen miedo que toda una especie entera se desplome de la cadena de un plumazo y no saben que hacer.
Han descubierto los orígenes de la fragilización de esta especie. Le han llamado el sindrome de la especie burbuja. A grandes rasgos nos cuenta uno de los científicos más notables "... es una especie con claros matices destructivos, donde impera el miedo, la falta de motivación, la espera a la solución ajena de los problemas propios y la perdida de ilusión. Sin todas estas claves esta especie se autodestruira poco a poco, solo sobreviviendo los que cambien su ideología. Pero claro, ya no serán parte del homo-fragilius per se. Serian una nueva especie a la que todavía no nos hemos atrevido a poner nombre.....bueno, estamos barajando varias probabilidades, pero todavía no podemos dar nombres exactos. Perdonen pero tengo que volver a mi laboratorio".
Con todo esto, me llaman al móvil "Enciende la tele. Pon el telediario". En imagenes poco claras se ve un grupo de gente con parcantas. Es el movimiento de "salvación", donde proponen salvar a la especie fletando un barco y marchándose todos a las isla Rotoroa, una isla cercana a Nueva Zelanda, donde antiguamente fue comprada por el ejercito de Salvación para gente con problemas de alcohol y drogas. Muchos de ellos padecen estos problemas, así que han pensado que para sobrevivir a estos tiempos, lo mejor es marcharse a un terreno menos hostil y empezar de nuevo.
No me parecía una mala idea lo de marcharse a una isla deshabitada y empezar de nuevo. ¿Se quitarían por fin los miedos o crearian nuevos? ¿Se sentirían motivados a crear una nueva civilización o se cansarían al primer obstáculo? Todo esto esta por ver. También tengo que interiorizar dentro de mi y saber que especie soy. ¿Soy de los homo-erectus "por que puedo", de los homo-fragilius o de la nueva especie que esta saliendo y de la cual no hay nombre todavía?¿Puedo elegir de que especie quiero ser o ya me viene de fabrica? El futuro cercano nos ira trayendo respuesta a todo esto. Permanezcan concectados
Se están intentando poner varias soluciones a este problema. Científicos con batas blancas, están desde hace meses metidos en sus laboratorios, intentando buscar una solución. Tienen miedo que toda una especie entera se desplome de la cadena de un plumazo y no saben que hacer.
Han descubierto los orígenes de la fragilización de esta especie. Le han llamado el sindrome de la especie burbuja. A grandes rasgos nos cuenta uno de los científicos más notables "... es una especie con claros matices destructivos, donde impera el miedo, la falta de motivación, la espera a la solución ajena de los problemas propios y la perdida de ilusión. Sin todas estas claves esta especie se autodestruira poco a poco, solo sobreviviendo los que cambien su ideología. Pero claro, ya no serán parte del homo-fragilius per se. Serian una nueva especie a la que todavía no nos hemos atrevido a poner nombre.....bueno, estamos barajando varias probabilidades, pero todavía no podemos dar nombres exactos. Perdonen pero tengo que volver a mi laboratorio".
Con todo esto, me llaman al móvil "Enciende la tele. Pon el telediario". En imagenes poco claras se ve un grupo de gente con parcantas. Es el movimiento de "salvación", donde proponen salvar a la especie fletando un barco y marchándose todos a las isla Rotoroa, una isla cercana a Nueva Zelanda, donde antiguamente fue comprada por el ejercito de Salvación para gente con problemas de alcohol y drogas. Muchos de ellos padecen estos problemas, así que han pensado que para sobrevivir a estos tiempos, lo mejor es marcharse a un terreno menos hostil y empezar de nuevo.
No me parecía una mala idea lo de marcharse a una isla deshabitada y empezar de nuevo. ¿Se quitarían por fin los miedos o crearian nuevos? ¿Se sentirían motivados a crear una nueva civilización o se cansarían al primer obstáculo? Todo esto esta por ver. También tengo que interiorizar dentro de mi y saber que especie soy. ¿Soy de los homo-erectus "por que puedo", de los homo-fragilius o de la nueva especie que esta saliendo y de la cual no hay nombre todavía?¿Puedo elegir de que especie quiero ser o ya me viene de fabrica? El futuro cercano nos ira trayendo respuesta a todo esto. Permanezcan concectados
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