Cuando te parecía que todo estaba dibujado, la mano del destino lo desdibuja y hay que volver a empezar. No es empezar por donde lo dejaste, si no que hay que empezar un nuevo camino. A ese camino te llevas las cosas aprendidas del ultimo viaje, pero pronto te das cuenta de que si quieres hacerlo bien, lo que traes de antes solo te estorba. Necesitas empezar de cero. Aunque parece que retrocedes, es una falacia, pues en ese camino nunca habías estado antes.
La vida es muy sabia, Nos quita para darnos. Nos dá caminos distintos para que no nos cansemos de caminar. Nos da distintas visiones para que podamos aprender de nuevo. Para que sigamos enamorándonos de la vida. Esa vida llena de sorpresas que se desvelan poco a poco, en su justo momento, cuando realmente estamos preparados para recibirlas.
Cuando somos jóvenes nos encantan los principios de curso, los principios de verano, los principios de las relaciones. Cuando nos vamos haciendo mayores empezamos a tener miedo. Miedo al cambio. Nos aferramos al refrán de "Más vale malo conocido que bueno por conocer" y con ese miedo nos quedamos quietos sin seguir caminando. Pero nuestro cuerpo que es sabio nos grita por todos los costados que tenemos que seguir, que cuando el rio esta parado está muerto. Nosotros hacemos oídos sordos y pretendemos que somos felices en nuestros estados de ansiedad y en nuestro miedos contantes de perder la rutina que nos esta matando poco a poco. Y ahí viene la crisis. Llámalo de los 40, de los 50 o de los 60. Esa crisis tan usada pero que realmente es el mecanismo de autodefensa del cuerpo de romper con todo y salir corriendo. Nos quitamos la coraza y empezamos a respirar. Como si de una presa rota se tratara, el rio se desboca por todas partes.
La gente dice que las crisis son malas. Eso lo dice la gente que esta arrinconada, muerta de miedo. Pero para la gente que las sufre, saben que es bueno. El cuerpo es sabio y cuando rompe simplemente se esta liberando de las cadenas del miedo y la resignación.
Las Pegasides
Mi historias tienen banda sonora, asi que recuerda: antes de empezar a leer, da al play del video.
sábado, 9 de abril de 2016
jueves, 30 de octubre de 2014
Un año esperando
Mientras se recostaba en el diván, miraba su imagen en el gran espejo de la sala. Su piel blanquecina contrastaba con los mechones rojizos que le rozaban la cara. Aquel gran vestido que llevaba de color granate, hecho especialmente para la ocasión, hacia resaltar el color pálido del mobiliario. Todo en aquella habitación representaba lujo. Un lujo rancio, como de otra época, que le transportaba a tiempos mejores, más felices, donde la felicidad iba unida al amor. Por un momento recordó los grandes bailes que se habían realizado en aquella magnifica mansión donde la diversión y el bullicio habían sido habituales en otro tiempo. Ahora, todo se había convertido en decadente y triste; tanto que ni siquiera el sol mostraba toda su grandeza y la habitación se veía de un color triste.
Ella cerró sus ojos y por un momento se vio en los brazos de él bailando un vals. Le encantaban bailar dando vueltas y vueltas, donde lo único que importaba era sus ojos mirando fijamente a los de ella. Una tensión que se rompía con una sonrisa y después le acompañaba una carcajada y luego un abrazo y luego otra vez una mirada. Un juego de seducción totalmente desprovisto de voluntad que hacía las delicias de los enamorados.
Y con los ojos cerrados empezó a oír una música que invadía toda la casa. Era un piano que salia de las entrañas de la habitación. Ella, al oír la música sonrió. Le había estado esperando y sabia que como cada 1 de noviembre haría su aparición. Se recosto en el diván y esperó a la llegada de su amado. La puerta se abrió sigilosamente y la madera del suelo crujía lentamente avanzando hacia el diván. Un olor a rosas se adentro en la habitación acompañandole un frio que penetraba hasta los huesos.
Ella sintió un escalofrío al sentir como algo rozaba sus dedos. Sabia que era él y con los ojos cerrados le dijo hola. Acto seguido noto una brisa en los labios y una lágrima corrió su mejilla. El olor a rosas se transformo en un olor amaderado y dulce. Ella reconocía ese olor perfectamente. Era el olor de su amado. Con la voz entrecortada y susurrante le dijo que lo había echado mucho de menos y que cada vez se la hacia más pesada la vida sin él. De repente su corazón sintió un calor que le tranquilizó. Era como si hubieran descansado una mano invisible en él.
Ella empezó a llorar al ver que el peso que tenia en su corazón se estaba descargando gracias al calor que le estaba produciendo. Ella quería siempre esa sensación, la de estar con él, a su lado. No quería dejar de sentirlo. No quería volver al vacío. Cuando se tranquilizo un poco, la música empezó a sonar cada vez más lenta y más bajita. Ya casi que no se apreciaba y de repente la luz del sol entro por la ventana como hacia tiempo que no lo había hecho. El olor había desaparecido y la sensación de estar con él también. Se levanto del diván y se fue hacia la ventana. Los jardines de fuera se veían preciosos, con colores y luces distintas.
Ella cerró sus ojos y por un momento se vio en los brazos de él bailando un vals. Le encantaban bailar dando vueltas y vueltas, donde lo único que importaba era sus ojos mirando fijamente a los de ella. Una tensión que se rompía con una sonrisa y después le acompañaba una carcajada y luego un abrazo y luego otra vez una mirada. Un juego de seducción totalmente desprovisto de voluntad que hacía las delicias de los enamorados.
Y con los ojos cerrados empezó a oír una música que invadía toda la casa. Era un piano que salia de las entrañas de la habitación. Ella, al oír la música sonrió. Le había estado esperando y sabia que como cada 1 de noviembre haría su aparición. Se recosto en el diván y esperó a la llegada de su amado. La puerta se abrió sigilosamente y la madera del suelo crujía lentamente avanzando hacia el diván. Un olor a rosas se adentro en la habitación acompañandole un frio que penetraba hasta los huesos.
Ella sintió un escalofrío al sentir como algo rozaba sus dedos. Sabia que era él y con los ojos cerrados le dijo hola. Acto seguido noto una brisa en los labios y una lágrima corrió su mejilla. El olor a rosas se transformo en un olor amaderado y dulce. Ella reconocía ese olor perfectamente. Era el olor de su amado. Con la voz entrecortada y susurrante le dijo que lo había echado mucho de menos y que cada vez se la hacia más pesada la vida sin él. De repente su corazón sintió un calor que le tranquilizó. Era como si hubieran descansado una mano invisible en él.
Ella empezó a llorar al ver que el peso que tenia en su corazón se estaba descargando gracias al calor que le estaba produciendo. Ella quería siempre esa sensación, la de estar con él, a su lado. No quería dejar de sentirlo. No quería volver al vacío. Cuando se tranquilizo un poco, la música empezó a sonar cada vez más lenta y más bajita. Ya casi que no se apreciaba y de repente la luz del sol entro por la ventana como hacia tiempo que no lo había hecho. El olor había desaparecido y la sensación de estar con él también. Se levanto del diván y se fue hacia la ventana. Los jardines de fuera se veían preciosos, con colores y luces distintas.
miércoles, 20 de agosto de 2014
Final francés
Un día normal, de vuelta a casa después de una dura jornada de trabajo. Colgó el abrigo en la percha y diciendo hola a su mujer con la cabeza se acerco a mirar lo que había para cenar. "¿Todavia sigue despierto?" "Si, entra. Te esta esperando en la cama a que le digas buenas noches". En el pasillo se veía la luz tenue de la lampara de noche y cuando entró en la habitación vio a su hijo de 7 años durmiendo. Le quitó el libro de cuentos de los brazos y él se despertó. "Papa ¿por que vienes tan tarde?" le dijo con ojos entrecerrados. "Lo siento, hijo. Tenemos mucho trabajo en la oficina y tengo que quedarme más tarde" "Y por que no te vas antes o trabajas solo hasta la tarde?". El padre sonrió y le dijo "No puedo cariño. Trabajo mucho para que ni a ti ni a la mama os falte de nada, ¿lo entiendes?". El niño, frotándose los ojos negaba con la cabeza "No. No lo entiendo. Nos faltas tu". El padre al oír esto sintió un latigazo en el corazón que le dejo mudo y mientras le abrazaba, el niño se volvió a dormir.
Al salir de la habitación se fué a la cocina a cenar y las palabras de su hijo se le quedaron a fuego en la cabeza. ¿Para que tanto sacrificio? ¿Estaba haciendo lo correcto? Los días pasaban en su vida de manera rutinaria y casi que no podía diferenciar un día de otro salvo por las estaciones del año y su frío o calor. Días que se sucedían con una rutina tediosa de la cual su mujer formaba parte. Jugaban a un juego de frases hechas y de acciones preparadas donde nadie se saltaba las reglas. Su mujer estaba en el comedor viendo la tele y mientras le lanzaba preguntas, ella contestaba con monosílabos sin dejar de ver la tele.
"Me voy a dormir. No tardes mucho que luego me despiertas" le dijo ella mientras se inclinaba para darle un beso en la frente. El cambiaba canales esperando ver si veía algo interesante, pero hacia tiempo que la tele le parecía muy aburrida, sin programas entretenidos ni buenas películas. De repente se quedo parado en una película que ya hacia rato que estaba empezada. Era una de estas películas francesas donde la tragedia se torna en comedia con mucha frecuencia y de donde parece que sales siempre aprendiendo alguna moralina posible de rescatar en algún momento de tu vida.
En esta película, una jovencita se enamoraba de un hombre más mayor. Él era un hombre adinerado y aburrido mientras que ella hacia el papel de locuela que hace que la vida de ambos dé un giro inesperado y terminen viviendo uno de esos amores de novela. Mientras miraba la película esperando ver esos gags cómicos que le entretenían, se dió cuenta que en las películas era todo mucho más fácil.
En las películas, de repente te das cuenta que tu vida no vale nada y sales a la calle, gritas, miras al cielo y probablemente te encuentres a alguien que cambie el rumbo de la tragedia para que todo sea un final feliz.
Pero, ¿que pasa si no se sale a la calle por que estas tan cansado que no puedes ni respirar? ¿que pasa si no encuentras a esa persona que te inspira y quien demonios sea ese dios que se supone que tenemos que encontrar en todas partes lleva escondido varios años? Apagó la tele y cerró los ojos. Si esto fuera una película de las malas, él se dormiría en el sofá pensando que mañana todo seria mejor y esbozaría una sonrisa mientras el The End iluminaba la pantalla y los espectadores decían en su interior "¿Y esto es todo?".......nooooo......así no acaba la película, tranquilos.......
.....él cerró los ojos y de repente alguien le cogió de la mano. Era su mujer e iba guapisima. Se había puesto el mismo vestido que llevaba el día que se conocieron y curiosamente estaba igual de joven que entonces. Ella le dió un beso lleno de pasión, le dio play al cd de Chvrches y con una sonrisa le animó a levantarse para poder bailar con él. Él se levanto y se pusieron a bailar como si no hubiera un mañana despertando a su hijo, que con una sonrisa se unió al baile. Todos ellos sonreían mucho y sus ojos desprendían felicidad.......The End.
Al salir de la habitación se fué a la cocina a cenar y las palabras de su hijo se le quedaron a fuego en la cabeza. ¿Para que tanto sacrificio? ¿Estaba haciendo lo correcto? Los días pasaban en su vida de manera rutinaria y casi que no podía diferenciar un día de otro salvo por las estaciones del año y su frío o calor. Días que se sucedían con una rutina tediosa de la cual su mujer formaba parte. Jugaban a un juego de frases hechas y de acciones preparadas donde nadie se saltaba las reglas. Su mujer estaba en el comedor viendo la tele y mientras le lanzaba preguntas, ella contestaba con monosílabos sin dejar de ver la tele.
"Me voy a dormir. No tardes mucho que luego me despiertas" le dijo ella mientras se inclinaba para darle un beso en la frente. El cambiaba canales esperando ver si veía algo interesante, pero hacia tiempo que la tele le parecía muy aburrida, sin programas entretenidos ni buenas películas. De repente se quedo parado en una película que ya hacia rato que estaba empezada. Era una de estas películas francesas donde la tragedia se torna en comedia con mucha frecuencia y de donde parece que sales siempre aprendiendo alguna moralina posible de rescatar en algún momento de tu vida.
En esta película, una jovencita se enamoraba de un hombre más mayor. Él era un hombre adinerado y aburrido mientras que ella hacia el papel de locuela que hace que la vida de ambos dé un giro inesperado y terminen viviendo uno de esos amores de novela. Mientras miraba la película esperando ver esos gags cómicos que le entretenían, se dió cuenta que en las películas era todo mucho más fácil.
En las películas, de repente te das cuenta que tu vida no vale nada y sales a la calle, gritas, miras al cielo y probablemente te encuentres a alguien que cambie el rumbo de la tragedia para que todo sea un final feliz.
Pero, ¿que pasa si no se sale a la calle por que estas tan cansado que no puedes ni respirar? ¿que pasa si no encuentras a esa persona que te inspira y quien demonios sea ese dios que se supone que tenemos que encontrar en todas partes lleva escondido varios años? Apagó la tele y cerró los ojos. Si esto fuera una película de las malas, él se dormiría en el sofá pensando que mañana todo seria mejor y esbozaría una sonrisa mientras el The End iluminaba la pantalla y los espectadores decían en su interior "¿Y esto es todo?".......nooooo......así no acaba la película, tranquilos.......
.....él cerró los ojos y de repente alguien le cogió de la mano. Era su mujer e iba guapisima. Se había puesto el mismo vestido que llevaba el día que se conocieron y curiosamente estaba igual de joven que entonces. Ella le dió un beso lleno de pasión, le dio play al cd de Chvrches y con una sonrisa le animó a levantarse para poder bailar con él. Él se levanto y se pusieron a bailar como si no hubiera un mañana despertando a su hijo, que con una sonrisa se unió al baile. Todos ellos sonreían mucho y sus ojos desprendían felicidad.......The End.
viernes, 8 de agosto de 2014
La canciones del verano
El verano tiene muchas cualidades y una de ellas es la cantidad de recuerdos sensoriales que guardamos en esa cajita que es la memoria. Algo tan fugaz como la memoria, que además de ser selectiva, nos distorsiona la mayoría de recuerdos. Por esa razón la memoria sensorial es la más fiable, aquella que asocias con olores, ruidos, canciones, comidas y un largo etcétera.
Para mi, el verano huele a crema de playa, azahar y colonia fresca. Sabe a sandía, gazpacho, granizado de limón y helado de vainilla. En él se oyen el ruido de las olas, las gaviotas, las golondrinas, la tele alta en calles vacías y las risas de los niños jugando en el parque.
Mi memoria guarda muchas canciones asociadas al verano, pero intentado que no se haga muy largo voy a elegir 3. Estas canciones no son ni las mejores ni las peores; simplemente las primeras que me han venido a la memoria.
1- Led Zeppelin "Going to California". No sé si es por el rollo folk, o por la letra, pero esta canción me desplaza acusticamente a los días de verano. Veranos de mis veintitantos, cuando el amor era romántico y el movimiento hippie, aunque lejano en el tiempo, estaba muy cercano en mi corazón. Podía pasarme horas y horas escuchando a esta mítica banda de rockeros y cada canción ocupó un lugar especial en mi vida.
2- Elastica "Connection". Esta canción me trae a las fiestas de verano; fiestas llenas de gente donde el calor de la noche se mezclaba con el sudor de la gente, el olor al tabaco y bebidas bien frías. Donde se bailaba, se hablaba y se buscaba una mirada cómplice. Era una canción buen-rollo que hacia saltar a todos de la silla y mover el cuerpo sin parar.
3- Astrud Gilberto, Joao Gilberto and Stan Getz "The girl from Ipanema". Esta canción me lleva a las noches de verano, cenando con amigos a la luz de las velas. Es una canción que transmite sensualidad a la vez que crea una atmósfera muy relajante, dando lugar a largas charlas, copas de vino y amplias sonrisas.
Para mi, el verano huele a crema de playa, azahar y colonia fresca. Sabe a sandía, gazpacho, granizado de limón y helado de vainilla. En él se oyen el ruido de las olas, las gaviotas, las golondrinas, la tele alta en calles vacías y las risas de los niños jugando en el parque.
Mi memoria guarda muchas canciones asociadas al verano, pero intentado que no se haga muy largo voy a elegir 3. Estas canciones no son ni las mejores ni las peores; simplemente las primeras que me han venido a la memoria.
1- Led Zeppelin "Going to California". No sé si es por el rollo folk, o por la letra, pero esta canción me desplaza acusticamente a los días de verano. Veranos de mis veintitantos, cuando el amor era romántico y el movimiento hippie, aunque lejano en el tiempo, estaba muy cercano en mi corazón. Podía pasarme horas y horas escuchando a esta mítica banda de rockeros y cada canción ocupó un lugar especial en mi vida.
2- Elastica "Connection". Esta canción me trae a las fiestas de verano; fiestas llenas de gente donde el calor de la noche se mezclaba con el sudor de la gente, el olor al tabaco y bebidas bien frías. Donde se bailaba, se hablaba y se buscaba una mirada cómplice. Era una canción buen-rollo que hacia saltar a todos de la silla y mover el cuerpo sin parar.
3- Astrud Gilberto, Joao Gilberto and Stan Getz "The girl from Ipanema". Esta canción me lleva a las noches de verano, cenando con amigos a la luz de las velas. Es una canción que transmite sensualidad a la vez que crea una atmósfera muy relajante, dando lugar a largas charlas, copas de vino y amplias sonrisas.
sábado, 14 de junio de 2014
Adolescencia
Sonriendo al camarero, este se acerco hacia donde ella estaba. "Una cerveza" le dijo acercándose a su oreja. Él le pudo oler ese aire juvenil y chispeante de esos olores baratos de colonia de moda para adolescentes. Ella le miraba con atención mientras le preparaba la bebida. Le gustaba desde hacia tiempo y ese era el motivo por el cual acudía a aquel tugurio de mala muerte todos los fines de semana. A su amiga le encantaba la música que pinchaba el dj, uno de esos tíos que se las daban de cool y moderno con varios discos indies y pintas raras.
"Creo que esta vez me ha rozado al darme la bebida. Me lo comería entero" le decía a su amiga al sentarse en el sofá donde se sentaban siempre. Un sofá casposo y con un tapizado ochentero horroroso pero que daba un aire muy alternativo al lugar. "Siempre dices lo mismo, pero luego nos vamos de aquí y no pasa nada. Como no te decidas y hables con él vamos a estar asi siempre" "Ya. Pero no me atrevo. Seguro que hay un montón de tías detrás de él. Si me da calabazas me muero" "Venga. Yo te ayudo. Voy a pedir y le insinuó algo" "Nooo......ni se te ocurra".
Mientras la otra le tiraba de la falda para que se sentara, la amiga, ni corta ni perezosa, se fue a ejecutar lo que le parecía el plan del año. "¿Me pones un vodka con limón?" El camarero se daba unos aires de chico que había visto todo y vivido todo, lo que hacia las delicias de las niñas que por allí se acercaban. Era lo bueno de trabajar en un garito como aquel pues el dinero no era para tirar cohetes.
"Oye, ¿como te llamas?" "Me llamo Isaac" "Yo me llamo Marta y esa de ahí con el pelo rubio es mi amiga Lucia. ¿Te gustaría tomarte algo con nosotras cuando cierre el local?""Ufff....hoy tengo mucho curro por aquí. No sé a que hora terminaré. Dame tu teléfono si eso y te llamo si puedo, eso si, no te prometo nada. Lo digo para que no estéis esperando mi llamada, ¿vale?" El vale lo dijo guiñando el ojo y con su mejor sonrisa. Imposible enfadarse ante tal comentario chulesco con semejante mueca.
"Tía, le he dado mi teléfono. Igual nos llama para tomarse la última con nosotras. Si que tienes razón. Esta como un queso" Lucia no se quedo muy contenta. Al final y al cabo le había cogido el teléfono de su amiga, no el de ella. ¿Como podía confiar en Marta? Siempre había sido más ligona que ella. "Vale. Voy a decirle algo yo también" Y de un sorbo se termino la cerveza. "Oye, ¿me pones otra? Isaac¿no?" "Y tu Lucia ¿no?" Ella se sonrojo a ver que se acordaba de su nombre. "Exacto. Oye, no te tenias que pensar lo de quedar con nosotras. Sabemos de una fiesta por la que tenemos que pasar y fijo que va estar ambientadisima" Lucia estaba desesperada y se estaba inventando una historia hiperpatetica de la cual no sabria como salir, pero de momento quería escuchar solo un si de Isaac.
"Ya le he dicho a tu amiga que le llamaría si puedo salir. Estoy muy liado y no se que va a pasar" Volvió a utilizar la misma técnica que con Marta y le guiño el ojo y sonrió, pero esta vez además le rozo la mejilla haciendo que la pobre Lucia se derritiera.
"Te voy a dar mi teléfono también por si acaso. ¿Me das un papel y un boli?" Lucia le puso su nombre y en vez de un punto puso un corazón. ¡Nada más obvio que los punto-corazón! Cuando se sentó le dijo a Marta. "Creo que le molo. Este viene fijo". De repente salio la canción de "I follow you" de Melody´s Echo Chamber y las dos se pusieron a bailar de un salto " Mi canción favorita" "Y la mía. Es superchula". Mientras las dos bailaban tonteando mutuamente, Lucia miraba de reojo a Isaac. Él miraba hacia ella de manera atenta y ella se pavoneaba con sus mejores movimientos. De repente salio de la barra y se puso a coger vasos sin parar de mirar hacia la dirección de Marta y Lucia hasta que se acerco hacia donde estaban ellas. El corazón de Lucia palpitaba muy rápido pensando que se iba a acercar a decirle algo "Me disculpas" le dijo apartándola para coger de la cintura a la chica que había al lado y darle un morreo de los de película. Lucia se quedo atónita y Marta al verle la cara le cogió la mano y la saco de alli.
"Creo que esta vez me ha rozado al darme la bebida. Me lo comería entero" le decía a su amiga al sentarse en el sofá donde se sentaban siempre. Un sofá casposo y con un tapizado ochentero horroroso pero que daba un aire muy alternativo al lugar. "Siempre dices lo mismo, pero luego nos vamos de aquí y no pasa nada. Como no te decidas y hables con él vamos a estar asi siempre" "Ya. Pero no me atrevo. Seguro que hay un montón de tías detrás de él. Si me da calabazas me muero" "Venga. Yo te ayudo. Voy a pedir y le insinuó algo" "Nooo......ni se te ocurra".
Mientras la otra le tiraba de la falda para que se sentara, la amiga, ni corta ni perezosa, se fue a ejecutar lo que le parecía el plan del año. "¿Me pones un vodka con limón?" El camarero se daba unos aires de chico que había visto todo y vivido todo, lo que hacia las delicias de las niñas que por allí se acercaban. Era lo bueno de trabajar en un garito como aquel pues el dinero no era para tirar cohetes.
"Oye, ¿como te llamas?" "Me llamo Isaac" "Yo me llamo Marta y esa de ahí con el pelo rubio es mi amiga Lucia. ¿Te gustaría tomarte algo con nosotras cuando cierre el local?""Ufff....hoy tengo mucho curro por aquí. No sé a que hora terminaré. Dame tu teléfono si eso y te llamo si puedo, eso si, no te prometo nada. Lo digo para que no estéis esperando mi llamada, ¿vale?" El vale lo dijo guiñando el ojo y con su mejor sonrisa. Imposible enfadarse ante tal comentario chulesco con semejante mueca.
"Tía, le he dado mi teléfono. Igual nos llama para tomarse la última con nosotras. Si que tienes razón. Esta como un queso" Lucia no se quedo muy contenta. Al final y al cabo le había cogido el teléfono de su amiga, no el de ella. ¿Como podía confiar en Marta? Siempre había sido más ligona que ella. "Vale. Voy a decirle algo yo también" Y de un sorbo se termino la cerveza. "Oye, ¿me pones otra? Isaac¿no?" "Y tu Lucia ¿no?" Ella se sonrojo a ver que se acordaba de su nombre. "Exacto. Oye, no te tenias que pensar lo de quedar con nosotras. Sabemos de una fiesta por la que tenemos que pasar y fijo que va estar ambientadisima" Lucia estaba desesperada y se estaba inventando una historia hiperpatetica de la cual no sabria como salir, pero de momento quería escuchar solo un si de Isaac.
"Ya le he dicho a tu amiga que le llamaría si puedo salir. Estoy muy liado y no se que va a pasar" Volvió a utilizar la misma técnica que con Marta y le guiño el ojo y sonrió, pero esta vez además le rozo la mejilla haciendo que la pobre Lucia se derritiera.
"Te voy a dar mi teléfono también por si acaso. ¿Me das un papel y un boli?" Lucia le puso su nombre y en vez de un punto puso un corazón. ¡Nada más obvio que los punto-corazón! Cuando se sentó le dijo a Marta. "Creo que le molo. Este viene fijo". De repente salio la canción de "I follow you" de Melody´s Echo Chamber y las dos se pusieron a bailar de un salto " Mi canción favorita" "Y la mía. Es superchula". Mientras las dos bailaban tonteando mutuamente, Lucia miraba de reojo a Isaac. Él miraba hacia ella de manera atenta y ella se pavoneaba con sus mejores movimientos. De repente salio de la barra y se puso a coger vasos sin parar de mirar hacia la dirección de Marta y Lucia hasta que se acerco hacia donde estaban ellas. El corazón de Lucia palpitaba muy rápido pensando que se iba a acercar a decirle algo "Me disculpas" le dijo apartándola para coger de la cintura a la chica que había al lado y darle un morreo de los de película. Lucia se quedo atónita y Marta al verle la cara le cogió la mano y la saco de alli.
sábado, 26 de abril de 2014
Recuerdos encontrados.
Mientras iba paseando por los pasillos del supermercado, su mirada se fijaba en la parte alta de las estanterías. Siempre pensaba que lo mejor era aquello que no podía alcanzar y así miraba a las botellas de aceite imposibles de coger aun de puntillas. Entonces se tenia que conformar con las que tenia más cerca de su cara, con la que le miraba de manera desafiante y la que le daba tanta rabia. "Si, ya se que sabes que te toca. Por eso no me gustas. Me has tocado por obligación, no por que yo te haya escogido. Que lo sepas".
Pensando estas tonterías se divertía en algo tan rutinario como el escoger cosas cotidianas de un supermercado. De repente alguien le toco en la espalda. "¿Sergio?" Cuando se giro vio a Rosana, una amiga a la que hacia muchos años que no veía. Tantos que podía dibujar sus gestos y maneras de una persona de mediana edad, sin darse cuenta que él también estaba por ahí.
"Rosana.....cuanto tiempo....que barbaridad" "Siiiii.......por lo menos 15 años que no nos veíamos" se dijeron entre abrazos y besos en la mejilla. "¿Que es de tu vida? Estas igual. No has cambiado para nada" Él, al escuchar esto aspiro el aire de la barriga para ver si podía ocultar el michelin y se irguió un poco para parecer más esbelto "Tú si que estas igual" dijo sin mirarle a los ojos para que no le viera que en el fondo sabia que ambos se estaban mintiendo. "¿Como te va? ¿Te casaste? ¿Tienes hijos?" Ella se sonrojó negando con la cabeza "Que va. Si la cosa esta fatal. Tanto elegir y al final mirame.....quien iba a decir que iba a estar soltera y sin noviete.....no, si me tenia que haber quedado contigo cuando todavía me tirabas los trastos". Él se puso más rojo que ella.
"¿Y tu Sergio? ¿Tu te casaste con aquella chica?......¿como se llamaba?" "Sara. No, lo dejamos a los pocos años de estar juntos. Luego me fui a vivir una temporada a París. Allí conocí a mi mujer" "No me digas que te casaste con una franchute.........mira que en el fondo te pega.....siempre fuiste un poco snob" Él la miro con ojos de asombro. Siempre le fascinó el morro que le echaba a las conversaciones. Siempre había dicho lo que había querido a la gente, a veces de manera insultante, pero con aquellos ojos grandisimos como que hasta te hacia gracia y todo. Sonrió y negando con la cabeza le dijo "Que va.....los franceses son demasiado snobs....incluso para mi" Y los dos se echaron a reir. "Mi mujer es española de pura cepa. De Zaragoza. Estaba estudiando allí, como yo.....ya sabes lo que une un país extranjero a los españoles. Aquí te aburren y allí estas deseando que una chica te diga al oído te hago una tortilla española" Y los dos volvieron a reírse a carcajada limpia.
Hacia tiempo que no se reía tan agusto con alguien. Es lo que tiene el reencontrarte con viejos amigos. Enseguida se crea una complicidad que te hace volver al punto donde lo dejasteis la última vez. Siguieron hablando un poco más hasta que vieron que no sabían de que más hablar y se despidieron. "¿Estas en el Facebook?" "¿Quien no, verdad?" "Vale. Ya te busco y te añado como amigo. Por lo menos para que no pase tanto tiempo sin saber el uno del otro. Un beso" "Hasta otra Rosana. Me alegro un montón de verte". Los dos se fueron por pasillos distintos distanciándose poco a poco. Los dos sostenian en sus caras una sonrisa especial. Un recuerdo encontrado, un retroceso a años más jóvenes, a anécdotas olvidadas, a una vida que ya no existe.
Pensando estas tonterías se divertía en algo tan rutinario como el escoger cosas cotidianas de un supermercado. De repente alguien le toco en la espalda. "¿Sergio?" Cuando se giro vio a Rosana, una amiga a la que hacia muchos años que no veía. Tantos que podía dibujar sus gestos y maneras de una persona de mediana edad, sin darse cuenta que él también estaba por ahí.
"Rosana.....cuanto tiempo....que barbaridad" "Siiiii.......por lo menos 15 años que no nos veíamos" se dijeron entre abrazos y besos en la mejilla. "¿Que es de tu vida? Estas igual. No has cambiado para nada" Él, al escuchar esto aspiro el aire de la barriga para ver si podía ocultar el michelin y se irguió un poco para parecer más esbelto "Tú si que estas igual" dijo sin mirarle a los ojos para que no le viera que en el fondo sabia que ambos se estaban mintiendo. "¿Como te va? ¿Te casaste? ¿Tienes hijos?" Ella se sonrojó negando con la cabeza "Que va. Si la cosa esta fatal. Tanto elegir y al final mirame.....quien iba a decir que iba a estar soltera y sin noviete.....no, si me tenia que haber quedado contigo cuando todavía me tirabas los trastos". Él se puso más rojo que ella.
"¿Y tu Sergio? ¿Tu te casaste con aquella chica?......¿como se llamaba?" "Sara. No, lo dejamos a los pocos años de estar juntos. Luego me fui a vivir una temporada a París. Allí conocí a mi mujer" "No me digas que te casaste con una franchute.........mira que en el fondo te pega.....siempre fuiste un poco snob" Él la miro con ojos de asombro. Siempre le fascinó el morro que le echaba a las conversaciones. Siempre había dicho lo que había querido a la gente, a veces de manera insultante, pero con aquellos ojos grandisimos como que hasta te hacia gracia y todo. Sonrió y negando con la cabeza le dijo "Que va.....los franceses son demasiado snobs....incluso para mi" Y los dos se echaron a reir. "Mi mujer es española de pura cepa. De Zaragoza. Estaba estudiando allí, como yo.....ya sabes lo que une un país extranjero a los españoles. Aquí te aburren y allí estas deseando que una chica te diga al oído te hago una tortilla española" Y los dos volvieron a reírse a carcajada limpia.
Hacia tiempo que no se reía tan agusto con alguien. Es lo que tiene el reencontrarte con viejos amigos. Enseguida se crea una complicidad que te hace volver al punto donde lo dejasteis la última vez. Siguieron hablando un poco más hasta que vieron que no sabían de que más hablar y se despidieron. "¿Estas en el Facebook?" "¿Quien no, verdad?" "Vale. Ya te busco y te añado como amigo. Por lo menos para que no pase tanto tiempo sin saber el uno del otro. Un beso" "Hasta otra Rosana. Me alegro un montón de verte". Los dos se fueron por pasillos distintos distanciándose poco a poco. Los dos sostenian en sus caras una sonrisa especial. Un recuerdo encontrado, un retroceso a años más jóvenes, a anécdotas olvidadas, a una vida que ya no existe.
sábado, 1 de marzo de 2014
Dos almas
Mientras caminaba detrás del ataúd, sus pasos se hacían tan lentos que parecía que andaba hacia atrás en vez de hacia delante. Miraba a todas las caras mirándole de vuelta con cara triste. No entendía esa expresión. En el fondo no lograba entender nada. Ni siquiera el por que no podía llorar a pesar de saber que tenia que hacerlo. Era lo normal. Se había muerto su compañero, su amigo, su amante; pero a ella solo le daba por pensar que iba a hacer ahora, sola, con 2 hijos pequeños. Todas esas lágrimas estaban bien, pero ella estaba demasiado preocupada discerniendo sus próximos meses como para perder el tiempo en llorar.
Mientras entraban en el cementerio, la gente le daba la mano y la rozaba diciéndole las manidas "te acompaño en el sentimiento" o "se ha ido tan pronto" o "te doy un sentido pésame por la perdida de tu marido". A todas ellas, solo sabia que mirar, asentir y sonreír. Una sonrisa distante y mecánica, como si le hubiera tocado un premio muy grande y todavía no se lo terminara de creer. Lo malo de esto es que cuando despertara a la realidad, no daría saltos de alegría sino que se caería rota del dolor; pero ella no quería pensar. Todavía no. Sus hijos eran lo más importante ahora.
Mientras el cura decía el sermón ella veía a la gente llorar y le hacían sentir culpable. Culpable por no sentir pena sino rabia. Rabia por haberle dejado sola con ese paquete. De repente se dio cuenta que siempre había sido así. Él siempre se había escurrido cuando había algún problema. "Menos mal que tu eres tan fuerte" le solía decir. Si, ya. Hasta las narices de ser tan fuerte. ¿Por que le habían colgado el San Benito de la fortaleza? ¿Por que tenia que ser ella siempre la que se tuviera que atar los machos y tirar con el carro para adelante? ¿Por que había sido tan egoísta de haberle dejado sola con este lio?. ¿ Por que le había querido tan poco?.
Y con esa rabia dentro empezó a llorar. Un llanto amargo de ira, de hartura, de cansancio. En ese momento la gente se emociono aun más, al verla por fin reventar de dolor. Ella lloraba, reprochandole interiormente su egoísmo, su maldad, pero luego al tranquilizarse se dió cuenta de todo. De que se le había ido su otra mitad, su gran amor. Toda la rabia que sentía era realmente rabia por que el destino se la había jugado. Le había dado una partida tan atroz que era de locura y sabia que si él le estaba viendo desde la otra dimensión, le estaría cogiendo la mano y diciéndole "Animo, que yo se que tu puedes. Me duele no haber sido yo el que pasara por este dolor y te ha tocado a ti. Lo siento". Y como si ella acariciara una mano invisible, sabia que era verdad. Que a pesar que ella era tan fuerte, lo era por que él le daba esa fuerza, esa confianza que le hacia indestructible. Él sabia que para ella era importante tener todo en control y sentirse así, por eso él se dejaba mecer por ella.
Ahora esa voz venia de sus hijos. Ellos le pedían un poco de cordura en todo este caos y por ellos seria fuerte también. Por ellos haría que desde donde él estuviera, le viera con ojos orgullosos. Se seco los ojos con el pañuelo y miro hacia el cielo. A pesar de que no estuviera presente lo sentía más cerca que nunca. Ahora sus almas estaban en un solo cuerpo unidas para siempre. Desde aquí la protegería para que no sufriera más.
Mientras entraban en el cementerio, la gente le daba la mano y la rozaba diciéndole las manidas "te acompaño en el sentimiento" o "se ha ido tan pronto" o "te doy un sentido pésame por la perdida de tu marido". A todas ellas, solo sabia que mirar, asentir y sonreír. Una sonrisa distante y mecánica, como si le hubiera tocado un premio muy grande y todavía no se lo terminara de creer. Lo malo de esto es que cuando despertara a la realidad, no daría saltos de alegría sino que se caería rota del dolor; pero ella no quería pensar. Todavía no. Sus hijos eran lo más importante ahora.
Mientras el cura decía el sermón ella veía a la gente llorar y le hacían sentir culpable. Culpable por no sentir pena sino rabia. Rabia por haberle dejado sola con ese paquete. De repente se dio cuenta que siempre había sido así. Él siempre se había escurrido cuando había algún problema. "Menos mal que tu eres tan fuerte" le solía decir. Si, ya. Hasta las narices de ser tan fuerte. ¿Por que le habían colgado el San Benito de la fortaleza? ¿Por que tenia que ser ella siempre la que se tuviera que atar los machos y tirar con el carro para adelante? ¿Por que había sido tan egoísta de haberle dejado sola con este lio?. ¿ Por que le había querido tan poco?.
Y con esa rabia dentro empezó a llorar. Un llanto amargo de ira, de hartura, de cansancio. En ese momento la gente se emociono aun más, al verla por fin reventar de dolor. Ella lloraba, reprochandole interiormente su egoísmo, su maldad, pero luego al tranquilizarse se dió cuenta de todo. De que se le había ido su otra mitad, su gran amor. Toda la rabia que sentía era realmente rabia por que el destino se la había jugado. Le había dado una partida tan atroz que era de locura y sabia que si él le estaba viendo desde la otra dimensión, le estaría cogiendo la mano y diciéndole "Animo, que yo se que tu puedes. Me duele no haber sido yo el que pasara por este dolor y te ha tocado a ti. Lo siento". Y como si ella acariciara una mano invisible, sabia que era verdad. Que a pesar que ella era tan fuerte, lo era por que él le daba esa fuerza, esa confianza que le hacia indestructible. Él sabia que para ella era importante tener todo en control y sentirse así, por eso él se dejaba mecer por ella.
Ahora esa voz venia de sus hijos. Ellos le pedían un poco de cordura en todo este caos y por ellos seria fuerte también. Por ellos haría que desde donde él estuviera, le viera con ojos orgullosos. Se seco los ojos con el pañuelo y miro hacia el cielo. A pesar de que no estuviera presente lo sentía más cerca que nunca. Ahora sus almas estaban en un solo cuerpo unidas para siempre. Desde aquí la protegería para que no sufriera más.
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