lunes, 11 de noviembre de 2013

Relativizar

Mientras iba caminado por la ladera de la montaña, el sol le daba en la cara. El aire era frío pero muy limpio. Era un aire denso que sabia bien. Mientras escuchaba ese silencio de la naturaleza, le venían a la mente otros silencios igual de bellos. Aquel que escuchaba en la bañera, cuando llena de burbujas estas le decían crujiendo lo bien que se encontraba. O el silencio de la casa vacía una mañana de sábado. O el silencio de la ciudad en la madrugada. Pero este de hoy era uno de los mas reconfortantes. El sonido de la naturaleza uniendo almas y experiencias.

El perro se acerco a traerle el palo que le acababa de tirar. Su sonido jadeante estaba lleno de emoción y de ganas de pasarlo bien. Nada más escucharlo podrías entrever la sonrisa en su boca de perro. Estas no se ven, se oyen....son tan nitidas o mas que las sonrisas que se ven. Allá que le volvió a lanzar el palo y volvió a salir corriendo.¡ La felicidad a veces es tan fácil de conseguir!

Mientras iba bajando por un camino vió a mas gente. "Luc" llamó a su perro. No era un perro peligroso pero no queria que molestara a los demás montañeros. "Buenos días" "Buenos días". La gente en la montaña se olvida de los formalismos de la ciudad y se vuelven personas. Se hablan al verse e incluso entablan conversaciones sin más sentido que el hablar y sentirse agusto. "Que perro más bonito. ¿Es un golden retriever?" "Si. Se llama Luc. Es muy bueno" "Ya se le ve" y mientras decía esto empezó a acariciarlo y a jugar.

Después de varias conversaciones más sobre sus lugares de procedencia y gustos caninos decidió seguir su camino hacia abajo de la ladera. Pasaron por un rio donde Luc se mojo las patas y cruzaron una casa abandonada, ahora reutilizada por pastores para sus labores. Mientras el sol iba bajando al mismo tiempo que ellos, la felicidad de la montaña se iba quedando en sus corazones. Ninguno de los problemas que le acompañaban esta mañana parecían tener importancia ahora mismo.

La naturaleza tiene el poder de relativizar los problemas mundanos del ser humano. Siempre he pesando que las madres son las primeras en saber si tienes un problema y son las primeras en darte la mejor solución necesaria para cada momento. Muchas veces nos olvidamos de esa madre suprema que es nuestra madre Naturaleza. Ella nos llama desde la distancia cuando nuestra vida nos pesa y mientras nos acaricia el pelo con su brisa nos relaja el pecho con su aire limpio. Nos susurra al oído que ningún problema es realmente un problema si no la manera que tenemos de ver la vida y que si lo giramos todo como un a un reloj de arena, nos damos cuenta que todavía hay mas arena para poder seguir hacia adelante.