sábado, 22 de junio de 2013

Recuerdos

La tarde parecía lluviosa. Era el tiempo ideal para su permanente estado de animo. Se fue hacia el comedor y se dispuso a sacar un disco del mueble. Aunque la gente le decía que era un antiguo, sentía placer sintiéndose de una clase distinta a los demás. Digamos, pertenecer a una pequeña elite que todavía gusta de comprar vinilos y escuchar reliquias en un buen tocadisco. Saco unos cuantos y se sentó en el sofá, investigando cual de ellos iba a ser el afortunado que iba a salir de la funda.

De repente un álbum le llamo la atención. El disco era de la banda Kraftwerk "the Man-Machine". Se acordó de la canción "The model" y de sus años de Erasmus en Alemania. De como se compro el disco muchos años mas tarde y de como presumió de tenerlo en alemán (Die Mensch-Maschine) cuando volvió a Madrid. También recordó como lo dejo a una ex que se las daba de saber mucha música y que nunca se lo devolvió. Odiaba cuando eso pasaba. Las mujeres iban y venían pero no los discos con solera.

Bueno, lo de las mujeres que iban y venían tampoco era tan cierto. Si que hubo una temporada que había sido muy ligón, pero ahora ligaba más por internet que otra cosa. Menos mal que la música siempre le traía recuerdos de mejores tiempos. Saco el disco de la funda muy despacio. Para él, aquello era un ritual mágico, tal como desnudar a una mujer....había que saborear cada momento. Miro en que cara estaba la canción de "The Model" y la puso con mucho cuidado en el plato. Contó los cortes del disco hasta dar con la canción, bajo el brazo del tocadiscos y se empezaron a oír los primeros acordes de los sintetizadores.

Con la funda en la mano, se volvió a sentar, recordando la peculiar historia de este disco. Debido a la ex que le "robo" el vinilo alemán, un día celebrando una reunión con los erasmus madrileños que fueron a Alemania con él, se le ocurrió volver a comprarse uno. Tuvo que recorrer algunas tiendas para encontrarlo pues no quería cd, si no otro vinilo y a poder ser en alemán, hasta que llego a una tienda recóndita en un callejón donde parecían tener bastante discos de coleccionista. Normalmente estas tiendas suelen estar llenas de freaks a los que les gusta mucho la música y que tienden a presumir de conocimientos musicales delante de un pedante dependiente que sabe tanto o más y no duda en hacerlo saber. Cual fue su sorpresa de ver a una mujer de unos 30, bastante mona y con una sonrisa en la cara.

"¿Tienes el álbum de Kraftwerk de "Die Mensch-Maschine?" le pregunto nuestro protagonista, con un perfecto acento alemán (y sorprendiéndose de lo bien que le había salido). La chica le miro con los ojos bien abiertos y le dijo "Perdona, en alemán no lo tengo. Pero lo tengo en inglés si quieres. Me encanta Kraftwerk". Él se le quedo mirando, sin creer lo que estaba oyendo. Por fin, su amor a la música, al vinilo y al alemán habían sido recompensados. Ella se acerco a una pila de discos que había en el suelo y después de unos minutos se acerco a él con el disco y una gran sonrisa. "¿Algo más?. Tenemos también  cosas de Ultravox o OMD si te gusta este tipo de música" Él la miro atontado y no sabia como reaccionar. "Esta noche hacemos una fiesta alemana con unos amigos en un piso por el centro. Si te apetece" "Suena muy bien" dijo ella. "Dame tu teléfono y cuando salga de la tienda te llamo"

Él le dio su numero y se fue a casa a ducharse y a esperar la llamada. Aun recuerda la excitación de pensar en  presentarse a la fiesta con semejante pibón y con el disco. Sus amigos iban a flipar.
Después de varias horas y descolgar el teléfono varias veces para ver si funcionaba, decidió marcharse y no llegar tarde. Ya en la fiesta solo hacia que pensar que habría pasado y cada vez que miraba el disco pensaba en ella. Al día siguiente se fue a la tienda para ver que había pasado. Allí estaba ella. Esta vez no estaba muy contenta. "Hola. ¿Como fue la fiesta?". Él la miro boquiabierto. "Muy bien. Tenias que haber venido. Fue muy divertida" "Hubiera ido, pero no cogías el teléfono" "¿Como? Estuve en casa hasta las 10.30 y no llamó nadie" "Te estuve llamando al numero que me diste". Ella le dió el papel donde él apunto su numero y se dio cuenta que se había equivocado en un numero. Le dio tanta vergüenza que no quiso admitirlo y le dijo que lo sentia, pero que no habia podido pasar por casa. Ella se giro haciendo como que ordenaba la estantería y él salió de la tienda.


martes, 11 de junio de 2013

Verdad a medias

Al llegar a casa, sigilosamente, se metió en el cuarto de baño. Él la esperaba despierto en la cama, pero en cuanto ella entró en la habitación se hizo el dormido. Ella se metió en la cama rápidamente y después de ver que él estaba roncando, se giro hacia su lado de la cama y se quedo mirando fijamente hacia la ventana. Su corazón latía muy deprisa y ella intentaba acallarlo respirando lentamente.

Su vida había cambiado tanto desde hacia unos meses que no parecía la misma. Su vitalidad, su belleza, su seguridad.....todo había vuelto por arte de magia. Sabia que todos estos cambios jugaban en su contra. Era demasiado obvio que toda esta felicidad salia de algún sitio, pero a ella ya le daba igual. Ella era feliz.

Habían quedado en la cafetería donde solían quedar a tomar café. Estaba en una parte apartada de la ciudad. Allí nadie les conocía y podían dar rienda suelta a miradas complices, roces de manos y silencios sonrientes. La mano de él le dio un papel garabateado con unos dibujos. Ella al abrir el papel se sonrojo y tapándose la boca soltó una carcajada. Los dos rieron un rato y ella mirándose el reloj le dijo que pidiera la cuenta y asi iba al lavabo. Mientras se retocaba el pelo y se pintaba los labios, se atusaba la falda y la blusa para que todo estuviera en su lugar. Al salir una mano le cogió por sorpresa y le empujo al rincón. Se fundieron en un beso mientras él le manoseaba en estos breves minutos de clandestinidad.

Primero salió ella de la cafeteria. Luego él espero un rato, sorbiendo las últimas gotas del café. Miró su reloj. Cuando le vio entrar por la puerta le señalo para que se dirigiera hacia él.
"¿Me pones un café cuando puedas?. Hola Luis. ¿Como va?". Él se sentó en la silla que había dejado vacía ella. "¿Has traído el dinero?"pregunto Luis. "Si. ¿como va el asunto?" Luis se quedo en silencio. "No quiero seguir haciendo esto" "¿Que dices Luis? Ahora no podemos parar. Ya te dije que esto podía tener sus riesgos" "Estas loco. ¿Como puedes pagarme por estar con tu mujer?. No quiero ser participe de esto. Ella vale mucho. Me voy. Ni tu ni ella volveréis a saber de mi."

Él vio salir a Luis y se quedo en silencio. Allí se iba el final de su historia, de su maléfico plan. El plan que salió como una posible solución a su problema. El problema del hastio, de la pasividad de su mujer hacia él. Sabia que si le devolvía la ilusión, ella volvería a estar viva. La prefería así compartida, que muerta para él solo. Sabia que si él decía quien y cuando, en cierta forma estaba manejando la situación. Lo que no había pensado es que él se enamoraría de ella y que el plan se iría al traste.

Mientras volvía a casa, allí estaba su mujer, preparando la comida. Ella estaba tarareando una melodía mientras iba lavando los platos. Al verlo se giró y le dio un beso. "¿Quieres ver el vestido que me he comprado esta mañana?" Él asintió con la cabeza. Mientras ella se iba contenta a la habitación, él se quedo triste.



jueves, 6 de junio de 2013

Una irrealidad real

Frágiles. Frágiles de pensamiento, de existencia, de vida. A un homo-erectus "por que yo puedo" se le ha mutado una nueva especie. El homo-fragilius "¿Y ahora que hago?". Una especie que parece que va en vías de extinción por culpa de su fragilidad y poca resistencia al medio. Y si parece que la anterior especie era mas depredadora y dejo exterminada a otras especies en desigualdad, esta especie frágil de naturaleza, no ve posible el superar los obstáculos de la madre naturaleza.

Se están intentando poner varias soluciones a este problema. Científicos con batas blancas, están desde hace meses metidos en sus laboratorios, intentando buscar una solución. Tienen miedo que toda una especie entera se desplome de la cadena de un plumazo y no saben que hacer.

Han descubierto los orígenes de la fragilización de esta especie. Le han llamado el sindrome de la especie burbuja.  A grandes rasgos nos cuenta uno de los científicos más notables "... es una especie con claros matices destructivos, donde impera el miedo, la falta de motivación, la espera a la solución ajena  de los problemas propios y la perdida de ilusión. Sin todas estas claves esta especie se autodestruira poco a poco, solo sobreviviendo los que cambien su ideología. Pero claro, ya no serán parte del homo-fragilius per se. Serian una nueva especie a la que todavía no nos hemos atrevido a poner nombre.....bueno, estamos barajando varias probabilidades, pero todavía no podemos dar nombres exactos. Perdonen pero tengo que volver a mi laboratorio".

Con todo esto, me llaman al móvil "Enciende la tele. Pon el telediario". En imagenes poco claras se ve un grupo de gente con parcantas. Es el movimiento de "salvación", donde proponen salvar a la especie fletando un barco y marchándose todos a las isla Rotoroa, una isla cercana a Nueva Zelanda, donde antiguamente fue comprada por el ejercito de Salvación para gente con problemas de alcohol y drogas. Muchos de ellos padecen estos problemas, así que han pensado que para sobrevivir a estos tiempos, lo mejor es marcharse a un terreno menos hostil y empezar de nuevo.

No me parecía una mala idea lo de marcharse a una isla deshabitada y empezar de nuevo. ¿Se quitarían por fin los miedos o crearian nuevos? ¿Se sentirían motivados a crear una nueva civilización o se cansarían al primer obstáculo? Todo esto esta por ver. También tengo que interiorizar dentro de mi y saber que especie soy. ¿Soy de los homo-erectus "por que puedo", de los homo-fragilius o de la nueva especie que esta saliendo y de la cual no hay nombre todavía?¿Puedo elegir de que especie quiero ser o ya me viene de fabrica? El futuro cercano nos ira trayendo respuesta a todo esto. Permanezcan concectados